Alireza Firouzja cumple veintiún años. Un efímero número dos del mundo, quien no cumplió las expectativas en los últimos Torneos de Candidatos. Pero en quien hay que seguir confiando que pueda llegar alguna vez a la cumbre

Por Sergio Negri

El ascenso y la propia evolución de la vida de Alireza Firouzja ha sido particularmente vertiginoso. Y, sin embargo, todo hace pensar que el curso de los acontecimientos esperable para su vida, como la propia realidad del siglo XXI, habrá de seguir acelerándose en el contexto del caso de un ajedrecista que tiene mucho por dar.

Hoy, 18 de junio de 2023, en que cumple veinte años, se ubica en la posición número seis del ranquin mundial. Estaba hasta hace unos días en la segunda colocación, detrás del noruego Magnus Carlsen, alguien que en muchas evaluaciones se lo considera entre los mejores (y quizás el mejor) de todos los ajedrecistas de cualquier tiempo. Pero Firouzja tuvo una decepcionante actuación en el torneo Norway Chess por lo que descendió cuatro peldaños teniendo actualmente un ELO de 2.776,9 puntos. Con todo, hay que suponer que sus perspectivas de progreso se mantienen intactas.

El nórdico llegó a número uno del planeta en enero de 2010, es decir con 19 años, y se convirtió en campeón mundial con 22 años, 11 meses y algunos días, solo superado en precocidad por el nacido en Bakú Gari Kaspárov y el ucraniano Ruslan Ponomariov, quienes lo fueron con 22 años, 6 meses y 27 días, y con poco más de 18 años, respectivamente (aunque, en este caso, bajo un formato de acceso a la cumbre menos convencional y competitivo). En estas condiciones si Firouzja llegara a la cima ya no podrá superar esos anteriores récords. Lo que no le quita mérito sobre lo ya hecho por el nacido en Irán en materia de su vibrante precocidad.

En efecto, con 14 años, 8 meses y 2 días, Firouzja fue uno de los más jóvenes GM de la historia. Pero, tampoco en esa medición es el más destacado. De hecho, hay treinta jugadores que lo obtuvieron antes, entre ellos el ucraniano (luego ruso) Serguéi Kariakin, y otros centennials como el iraní, los indios Dommaraju Gukesh y Rameshbabu Praggnanandhaa y los uzbekos Javokhir Sindarov y Nodirbek Abdusattórov.

Lo propio ocurrió con los mentados y pertenecientes a otra generación Carlsen y Ponomariov, la china Yifan Hou, el neerlandés (nacido en San Petersburgo, Rusia) Anish Giri, y el ahora rumano (nacido en Hungría) Richárd Rapport, el azerí Teimour Radjabov, el húngaro Peter Lékó, el francés Maxime Vachier-Lagrave, el chino Wei Yi, el peruano Jorge Cori, el filipino-norteamericano Wesley So, entre otros. Un norteamericano (de familia india), que lo obtuviera recientemente, ostenta el récord absoluto en la materia: Abhimanyu Mishra que lo fue con 12 años, 4 meses y 25 días.

Mas hay una marca muy relevante en la que Firouzja logró anticipar a todos. Es que fue el primer ajedrecista de la historia en atravesar la barrera de los 2.800 (y antes había sido el segundo jugador, detrás del chino Wei Yi, en superar los 2.700), una que además muy pocos han logrado atravesar independientemente de su edad.

Ello ocurrió en diciembre de 2021 cuando logró 2.804 con algo más de dieciocho años de edad. Más tarde, bajaría de esas alturas, pero siempre permanecerá en las inmediaciones de ese número. De hecho, en el listado al mes de junio de 2023, en donde se ha catapultado como el segundo jugador del planeta (y ya lo había sido entre diciembre de 2021 y abril de 2022), tiene 2.786.

Por otro lado, desde enero de 2020, y sin solución de continuidad, viene siendo el mejor jugador del mundo a nivel de juveniles, liderando una cohorte prestigiosa que, en el último ranquin, ve como sus perseguidores a Gukesh, Abdusattórov y al norteamericano Hans Niemann cuando, en aquella oportunidad primera en que lideró este listín, estar por delante del también norteamericano Jeffery Xiong y de su por entonces compatriota Parham Maghsoodloo.

Mas hay otra dimensión en la que mucho Firouzja se ha venido destacando: la de partidas a ritmo blitz (las más exigentes en términos de capacidad de repentización). Hasta hace poco era el único ajedrecista que supera los 2.900 puntos, dejando atrás al estadounidense (nacido en Japón) Hikaru Nakamura y al propio Carlsen. El galo posee ahora 2.896 puntos, un valor especialmente astronómico.

El ajedrecista nació en la ciudad de Babol, provincia de Mazandarán, en Irán, el 18 de junio de 2003, habiendo ganado el título nacional iraní con apenas doce años (lo hizo en forma invicta tras cinco triunfos y seis tablas), solo cuatro años después de haber aprendido a jugar al ajedrez y dos antes de que se convierta en GM.

En 2018 debuta en Olimpíadas, desde luego representando a Irán, que en esa ocasión quedó en la posición 17 entre las 150 naciones participantes. Desde el cuarto tablero, aportó ocho puntos en las once partidas en disputa. Como en 2020 no hubo prueba olímpica por la pandemia y en 2022 en Chennai no fue Firouzja de la partida, esa fue su única presencia por el momento en esta clase de prueba.

En el campeonato mundial de rápidas de ese 2018, celebrado en San Petersburgo, terminó nada menos que en la sexta colocación (el triunfador fue Carlsen) a pesar de que estaba preclasificado número 169 sobre 209 participantes. En igual contienda, a ritmo blitz llegó a encabezar promediando la prueba, para terminar en el lugar número 42.

En diciembre de 2019 (y ese mismo año había ganado por segunda vez el campeonato de Irán, de nuevo quedando invicto) anunció que dejaría de competir bajo la bandera de su país natal.

Desde febrero de 2020 residirá en Francia, país al que habrá de representar en lo sucesivo, debido a la decisión de su país natal de retirar a sus jugadores del mundial de rápidas y blitz para evitar competir con los ajedrecistas de Israel, lo que evidentemente alteraba el curso natural de su progreso frente a los tableros al impedirle acudir a pruebas de tamaño nivel. Ya en el mes de abril de aquel año había debido abandonar Firouzja un encuentro en la tercera ronda del Abierto de Grenke por la mera condición de israelí de su rival de ese día.

El Gran Maestro de Ajedrez Alireza Firouzja incursiona en la industria de la moda

​Todavía representando a Irán, en 2019 disputa la Copa del Mundo, accediendo a la tercera rueda, en donde perdió con el chino Liren Ding, el máximo preclasificado, lo que sucedió en el desempate a partidas rápidas tras igualar ambos cotejos en el ritmo clásico.

Y a fin de año, ya habiendo abandonado Irán, compitiendo bajo la bandera de la FIDE (la de Francia la tendría poco después), habrá de ser parte de los campeonatos mundiales rápido y blitz. En aquel brilló especialmente, al finalizar segundo, detrás de Carlsen, con diez puntos y medio de quince. En el otro, también se destacó, quedando sexto con trece puntos y medio de veintiuno. ​

En 2020 se lo verá en Noruega escoltar a Carlsen en un torneo en la ciudad de Stavanger, dejando atrás al armenio (ahora norteamericano) Levon Aronian, al norteamericano Fabiano Caruana y al polaco Jan-Krzysztof Duda.

En 2021 Firouzja, que estaba preclasificado octavo, sin embargo fue derrotado en la segunda ronda de la World Cup ante otro jugador muy joven, Sindarov (nacido en 2005). Más tarde, vuelve a escoltar a Carlsen, esta vez en el supertorneo de Noruega, quedando delante de los rusos Yan Nepómniashschi y Serguéi Kariakin, alguien que poco antes fue desafiante por la corona mundial.

Ese año jugó el Gran Suizo de la FIDE logrando ganarlo, con ocho puntos sobre once posibles, dejando atrás a Caruana y al ruso (nacido en rigor en Alemania y radicado más tarde en los EE. UU.) Grigoriy Oparin, con lo que se clasificó para el Torneo de Candidatos de 2022.

Y algo más. En el campeonato europeo por equipos, jugando para Francia, realizado en Eslovenia, donde se registró el triunfo de Ucrania sobre los galos, Firouzja hizo una impresionante performance de más de 3.000 puntos ELO (exactamente 3.015). Cosechó ocho puntos en nueve, siempre teniendo como adversarios a otros GM, entre ellos el azerí Shakhriyan Mamedyarov, el armenio Gabriel Sargissian y el georgiano Baadur Jobava (los venció a los tres, y a cuatro más de sus colegas de título), con dos tablas, una de ellas ante el ruso Aleksandr Grischuk.

Ese fue el preciso momento en que supera los 2.800 puntos del ranquin ELO con 18 años y 5 meses, batiendo la anterior marca de Carlsen, quien había logrado lo propio con 18 años y 336 días.

A fin de año, en el campeonato mundial de blitz, iguala el primer lugar con Duda y Vachier Lagrave pero, en el desempate, Firouzja será tercero y este último, ahora su compatriota, será el campeón.

En ese contexto de notable y notorio crecimiento personal es que se dio el anuncio de Carlsen en el sentido de que solo estaría motivado para defender su corona en el caso de que fuera Firouzja su retador. Pero, ya lo veremos, este defecciona en la instancia decisiva en Madrid y, ya sabemos, el noruego concretará su amenaza de retirarse, lo que habría de permitir que tengamos el primer campeón mundial que diera China.

En efecto, en el Torneo de Candidatos realizado entre los meses de junio y julio en Madrid, en el que se impuso el ruso Yan Nepómniashchi justamente delante de Ding, Firouzja quedó en la sexta colocación entre los ocho participantes, por lo que sus ambiciones ecuménicas quedarían para más adelante.

Pero, poco después, y en prueba de su calidad intacta, en el mes de septiembre habrá de imponerse en la Copa Sinquefield en la ciudad de San Luis, EE. UU., delante de Carlsen, Caruana, Nepómniaschi y otras estrellas mundiales. A fin de año, no obstante, se extrañó que se ausentase de los campeonatos mundiales rápido y blitz, esos que lo habían mostrado en años anteriores en posiciones tan destacadas.

Firouzja, desde que está en su nuevo país (en julio de 2021 adquirió la ciudadanía francesa y vive en la ciudad de Chartres), se interesó por la industria de la moda (estudia su diseño en París), a la que le dedica un considerable tiempo, a punto tal de que se lo vio algo ausente de los tableros a fines de 2022.

Podría decirse, siguiendo esa afición, que el jugador iraní-galo es un jugador de moda, ya que todos los focos en el presente apuntan a su persona a la hora de imaginar y proyectar quién habrá de tomar el legado de Carlsen.

Mas, en ese sentido, por su talento y crecimiento ajedrecístico, por su extraordinario potencial, avalado por las actuaciones previas que han sido tan rutilantes y estimulantes, creemos que estamos en presencia de un fenómeno que está muy lejos de ser una moda pasajera…​

©ALS, 2023

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