Por Sergio Negri
Otra de las contribuciones grandiosas de Marcel Duchamp (1887-1968) al universo del ajedrez residió en haber impulsado o favorecido el abordaje del juego por parte de notorios artistas de su tiempo. Ese fue el notable caso de Salvador Dalí (1904-1989), artista impar, uno de los íconos del surrealismo, de exuberante obra y presencia histriónica.
Dalí concibió en homenaje a su amigo, un set de piezas de hermoso diseño, elaboradas en bronce, el que se exhibe en el Castillo Gala Dalí de Púbol, localidad de Catalunya (España). Si bien en la respectiva exhibición en ese ámbito se asegura que fue concebido en 1971, en rigor ello aconteció tres décadas atrás en el marco de un pedido de la American Chess Federation (Federación de Ajedrez de los EE. UU.) y siempre en homenaje a Duchamp.
El artista español, al tallar las imágenes, muy creativamente, se basó en sus propios dedos y en un diente de bebé.
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