El primer integrante del Club Vera Menchik: Albert (Alberto) Becker, gran ajedrecista austriaco-argentino

Por Sergio Negri

Albert Becker nació el 5 de septiembre de 1896 en Viena, Austria. Habiendo su país natal de ser anexado por los nazis en 1938, debió jugar en el Torneo de las Naciones de 1939 en Buenos Aires para Alemania (conjunto del que fuera su capitán y con el que se alzara con el oro olímpico) y, como en el contexto de su realización se declara la guerra, habrá de decidir quedarse en ese país que pasó de destino transitorio a definitivo, muriendo el 7 de mayo de 1984 en la ciudad de Vicente López, muy próxima a la capital argentina.

Fue un gran jugador, algo olvidado. Para Chessmetrics, llegó a ser el número 11 del mundo en junio de 1931 y su ranking en una actuación puntual alcanzó la friolera de los 2.717 puntos ELO en el marco del gran torneo de Carlsbad de 1929 y, en términos acumulativos, a 2.651 en enero de 1933. En casi igual sentido, Edo Historical Chess Ratings lo ubica en el puesto 12 en 1931 (el máximo en esa consideración) y lo coloca en el top50 en forma ininterrumpida entre 1921 (cuando aparece el jugador en el listado) y 1935 (el último medido por ese sistema).

Mas, pese a su extraordinario historial, en particular de su tiempo europeo, el maestro argentino-austriaco habrá de pasar a la historia por un hecho circunstancial y sumamente pintoresco: el de haber sido el primer integrante del club Vera Menchik, tema sobre el que hablaremos más adelante.

Albert Becker

Por ahora repasemos su brillante carrera. digamos que ya en 1921 triunfa en un torneo en su ciudad natal (sin jugadores de nota) para, dos años más tarde, ya en la arena internacional, igualar la cuarta colocación en Frankfurt, en evento en el que triunfa Ernst Grünfeld (1893-1962). Tiene otros muy buenos resultados, en torneos menos exigentes, hasta que es de la partida de la gran prueba de Breslau en 1925, en la que se impuso Yefim Bogoliúbov (1889-1952) (Yéfim Bogoliúbov (Bogolyubov), datos biográficos de un aspirante al título mundial) delante de Aron Nimzovitsch (1886-1935) (Aarón Nimzovich por Zenón Franco) y Akiba Rubinstein (1882-1961) (Rubinstein), momento en el que Becker iguala la quinta colocación entre doce participantes. Ese mismo año se impone en una prueba en Viena junto a su compatriota Heinrich Wolf (1875-1943). En esa misma locación, un año después, se habrá de imponer al mejor jugador de su país Rudolf Spielmann (1883-1942) (Rudolf Spielmann: un hombre sobre un viejo tablero) viéndoselo a Becker en el cuarto lugar entre doce jugadores.

En 1927 Becker llega al primer lugar en Mittweida, a la par de Friedrich Sämisch (1896-1975), delante de Carl Ahues (1883-1968) y Lajos Steiner (1903-1975) (Lajos Steiner, el ajedrecista que debió emigrar de Europa a Australia para sobrevivir). En el gran torneo de Viena de 1928 en el que triunfa Richard Réti (1889-1929) (Un ser tan magnífico como prolífico: Richard Réti), Becker empata el segundo lugar con Spielmann, Savielly Tartakower (1887-1956) (Galería de Maestros: Savielly Tartakower, «un hombre de honor») y Bernhard Lichtenstein (1884-?).

Cuando en La Haya en 1928 Max Euwe (1901-1981) (Max Euwe, campeón mundial aficionado y absoluto, Presidente de la FIDE y testigo privilegiado del ajedrez en su tiempo) se consagre campeón mundial aficionado, Becker ocupó el octavo lugar entre dieciséis participantes.

Y así seguirán sus participaciones en pruebas en Europa hasta que se dé su ingreso al Club Vera Menchik, lo que ocurrió en el marco del torneo de Carlsbad (nombre de la localidad cuando estaba en territorio alemán, hoy Karlovy Vary en la República Checa), en 1929, en el que se impuso Nimzowitsch delante de José Raúl Capablanca (1888-1942) (Semblanza de José Raúl Capablanca: el único campeón mundial de origen latino) y Spielmann.

La cosa fue así. Allí fue invitada Vera Menchik (1906-1944) (Vera Menchik y La Astrología y el destino: la vida de Vera Menchik) la campeona mundial entre las mujeres quien, por razones de género, era considerada como una extraña en el masculinizado ambiente del ajedrez. Las bromas estaban al alcance de la mano («de la lengua») y se descontaba que nadie iba a ser derrotado por ella. En ese contexto, el propio Becker habló de que se podría formar un club con quienes muy eventualmente llegaran a caer derrotados ante la dama y, como debe ser, las palabras se volvieron en su contra y sería justamente el jugador austriaco el primero en ingresar a un club que será selecto (aunque Menchik en tiempos posteriores habrá de derrotar a numerosos contrincantes varones, algunos de talla, como Euwe quien fuera campeón del mundo). Por lo pronto en Carslard, Menchik tuvo otro triunfo, acumulando un segundo socio a su entidad: Sämisch. De todos modos Becker allí tuvo una destacada actuación ya que compartió el quinto/séptimo lugar en una exigente prueba en la que hubo veintidós intervinientes (Menchik, siguiendo los pronósticos, quedó en última posición).

Menchik vs. Becker, Carlsbad, 1929, en https://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1066877

Becker en Olimpíadas estuvo solo dos veces y en el cuarto tablero en ambas ocasiones. Debuta para Austria en Praga 1931 y, lo dicho, juega para la invasora Alemania en 1939. En su debut es oro en el medallero individual al hacer 10,5 en 14 (y eso que pierde en los dos últimos cotejos del torneo). En la capital argentina hace 7,5 en 12, sin presea individual pero aportando al oro colectivo. También fue parte de la prueba olímpica oficiosa de Múnich 1936, en el segundo tablero, para Austria liderada por Erich Eliskases (1913-1997), otro jugador que siendo austriaco debió jugar en 1939 para Alemania (y que compartirá con Becker el destino sudamericano) (Semblanza de Erich Gottlieb Eliskases, ajedrecista nacido en Austria con destino argentino); en esos Juegos organizados por el nazismo, Becker hizo 13.5 en 18 consiguiendo en su tablero la medalla de bronce, solo por detrás de Miguel Najdorf (1910-1997) (El apasionado, resiliente y legendario Miguel Najdorf. Recuerdo a veinticinco años de la partida del querido «Viejo») y Lajos Steiner.

Antes de ir hacia Argentina, seguirán los buenos resultados del jugador en diversos torneos: en 1931, 1932 y 1934 se impone en tres Memoriales Treybal, y en este último año comparte el liderazgo con Eliskases en Linz, Su ritmo de actividad no decrece, pero no se observan éxitos sino buenas presencias, incluyendo un tercer puesto en un cuadrangular en Viena en 1937 en el que prevalece Paul Keres (1916-1975) (Paul Keres: el intelectual del ajedrez y el gran hombre silencioso).

Con su país natal ya ocupado por los nazis, se lo ve a Becker igualar la primera colocación con Ludwig Rellstab (1904-1983) en Berlín y también intervenir en el campeonato germano (ganado por Eliskases), en ambos casos en 1938.

Con la guerra, y su estancia tan lejos de casa, la totalidad del elenco alemán, y muchos otros jugadores, permanecerán en tierras sudamericanas. Becker deberá rehacer su vida pero, a partir de ese momento, su nivel ajedrecístico no explota, quedando a la sombra de muchas figuras locales (encabezadas por Julio Bolbochán, Héctor Rossetto y Herman Pilnik) y muchos de sus colegas europeos que se afincaron en la nueva tierra (en particular Miguel Najdorf, Erich Eliskases y, momentáneamente, el sueco Gideón Stahlberg). Dentro de las presencias relativamente destacables de ese tiempo, se halla su tercer puesto en el torneo de La Regence de Buenos Aires en 1944 detrás del local José María Cristiá y del alemán Paul (Pablo) Michel (1905-1977), compañero olímpico del austriaco.

En 1953 la FIDE, en reconocimiento a su trayectoria, le dio a Becker el título de Maestro Internacional. Un galardón muy meritorio para alguien que, si bien siempre será recordado como el primer socio (¿orgulloso?) del club Vera Menchik, tuvo un paso destacado por la escena ajedrecística mundial, en particular en su continente europeo de origen, un tiempo que precedió a otro de mayor placidez, en su definitivo destino sudamericano.

©ALS, 2022

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