Thomas Hyde, precursor en dar la pista india en el origen del ajedrez

Por Sergio Negri

La idea de que la India es el territorio primigenio del ajedrez, según lo sabemos por el historiador inglés Harold Murray (Recuerdo de Harold Murray, el investigador inglés que marcó el camino en la historia del ajedrez), se remonta a su compatriota Thomas Hyde (1636-1703), un experto orientalista que en 1689 publica De Ludis Orientalibus libri,  al que se considera el primer tratado académico en el que se historió sobre los juegos de mesa.

Ese autor, el primero en acuñar el concepto de dualismo (y ya sabemos que el ajedrez encarna perfectamente esa idea dilemática), en ese texto escrito en latín incluye un capítulo titulado Historia Shahiludii (Historia del ajedrez) en el que ya se refleja cómo el juego ingresó a Persia desde el subcontinente indio.

Poco después, en 1694, en De Ludis Orientalibus libri II,[1] amplía su campo de análisis refiriéndose a otros pasatiempos de China, entre los que menciona dos, uno muy similar al go y otro al backgammon (el wei ki).

En aquella primera obra, también conocida como Mandragorias,[2] se ubica perfectamente el origen del juego en la India marcándose asimismo también la secuencia ulterior de su difusión por el mundo: India-Persia-mundo musulmán-Europa, una tesis que se convirtió en una clásica explicación acerca de cómo se universalizaría el ajedrez a través del vector de difusión que tuvo como punto de partida el Oriente.[3]

Grabado de líneas de Francis Perry, 1767

Hyde discurre sobre los antecedentes del ajedrez pasando revista a varias de las hipótesis sobre su génesis: que se le debe a los antiguos egipcios (en el segundo milenio antes de Cristo); a los griegos, y más específicamente al héroe de su mitología Palamedes en el marco del sitio de Troya (siglo XIII antes de Cristo); a los hebreos de los tiempos del sabio Salomón (siglo X antes de Cristo); que se le puede atribuir al rey babilonio Evilmerodac, o a su colega de la comarca vecina persa Xerxes (siglo VI y V antes de Cristo, respectivamente). 

Tras estos escarceos ubica, basándose en textos persas y árabes, que el origen más inmediato es el de la India, haciendo referencia a varias posibilidades alternativas: como la de que un sabio lo inventó para su rey, o aquella otra en que otro servidor de la corona lo hizo para representar la batalla de hermanos en disputa, aunque estos relatos tienen un tinte más mitológico que histórico.

También menciona el episodio absolutamente comprobado (así lo describe el poeta persa Ferdousí en el siglo X), en el que el ajedrez ingresa a Persia desde la India con lo que, desde este preciso momento, se iría construyendo y consolidando la teoría de la génesis indiana para el ajedrez la que sobrevivió, con el espaldarazo en tiempos modernos del mencionado Murray, hasta nuestros propios días.

Hyde, entre muchas otras citas, también hace referencia en este trabajo al poema de Marco Girolamo Vida (1485-1566), que comienza con los famosos versos: “Ludimus effigiem belli simulataque veris”, ubicando al ajedrez, desde su concepción, en estrecha vinculación con el arte de la guerra. 

El Mandragorias de Hyde

Si Hyde fue el primero, al menos en Europa, en abordar este largo camino sobre la historia del ajedrez, lo seguirían más tarde otro inglés, el filólogo Sir William Jones[4] (1746-1794), autor de On the Indian Game of Chess, publicado originalmente en 1790 en la revista Asiatic Researches (Vol. II)[5] y el capitán Hiram Cox[6](1760-1799), autor en 1803 de On the Buhrma Game of chess: Compared with the Indian, Chinese and Persian Game of the Same Denomination, también en Asiatic Researches (Vol. VII).

Fuera del área de influencia británica, tenemos en esos mismos años el caso del orientalista austriaco Fray Paulino de San Bartolomé (1748-1806) quien en su Viaggio alle Indie orientali de 1796, escrito en idioma italiano (y ofrecido al papa Pío VI), menciona que la juventud india, entre varias otras ciencias y juegos en los cuales se ejercita, que incluye una variedad de actividades que abarca la poesía, la esgrima, la Botánica y la Medicina, la ciencia náutica, la lucha a pie, el juego con balón, la danza de bastón, la Lógica, la Astrología, la ciencia de la ley y hasta el Silencio, se incluye también al ajedrez, al que se denomina ciadurangam. Este autor comulga con la idea de que el ajedrez tiene un origen indio.[7]

Mas, ya bien sabemos, que a Thomas Hyde, orientalista reconocido (fue profesor de árabe y de hebreo en la célebre Universidad de Oxford, traductor de idiomas orientales en la corte: dominaba, además de aquellas lenguas, el chino, malayo, turco, siríaco y persa), en sus profundas investigaciones sobre los antecedentes indianos, supo detectar que es a esa cultura a la que el ajedrez le debe la primacía en la creación del juego. Y ello pese a que más tarde, con la aparición de la teoría sincrética, se habrá de apuntalar la concepción de que no solo a los indios les debemos el más maravilloso juego que supo inventar la Humanidad.


Notas:
[1] Murray lo cita por su nombre completo: Mandragorias seu Historia Shahiludii. Es notable que la planta de mandrágora, que se ha usado históricamente en rituales mágicos y como producto medicinal, es reconocida ya que sus raíces suelen adoptar la forma del cuerpo humano, más precisamente de sus dos piernas. También, se asegura que cuando se la arranca la planta grita.
[2] Más exactamente, el título de ese apartado es: Mandragorias seu historia Shailudii, viz ejusdem, origo, antiquitas, ususque, per totum Orientem celeberrimus. obviamente escrito en idioma latín.  En él habla tanto del ajedrez occidental (así ya se lo define) como del gran ajedrez de Timur el descomunal juego que se le debe al líder turco-mongol Tamerlán (1336-1405). 
[3] Y de Europa ingresaría luego a América, tras el "descubrimiento" de ese continente a fines del siglo XV, y reingresaría al lejano Oriente, incluida la India, por los barcos expedicionarios de portugueses, ingleses, franceses y españoles que unirían al mundo ya a inicios del siglo XVI.

[4] En el siglo XVIII, siempre en el marco de la Inglaterra imperial fue William Jones, filólogo que acercó muchos textos sánscritos al conocimiento europeo, quien profundizó la tesis de Hyde. Además, en una edad muy temprana de su vida, compuso el poema Caissa en 1763.
[5] El propio William Jones fundó en 1784 The Asiatic Society, una entidad que tenía como cometido desarrollar investigaciones centradas en el orientalismo. Asiatic Researches es la producción escrita que devino producto de dichas investigaciones. Nótese que Inglaterra tuvo bajo sus dominios a la India desde el siglo XVII y hasta entrado el XX, por lo que el magnetismo fue recíproco. En ese contexto, la idea de que el ajedrez tenga origen en esa geografía exótica cobró particular interés e intensidad para los pensadores británicos. Y como los ingleses ejercieron particularmente durante los dos últimos siglos una gran influencia cultural, sus opiniones bien podían ser aceptadas acríticamente por el mundo entero, sin ahondarse el estudio alternativo de otras posibilidades que también pudieran ser suficientemente explicativas.
[6] Cox era un militar inglés que comparó en una comunicación que cursara a la Sociedad Arqueológica de Calcuta al ajedrez birmano con juegos similares de la India, Persia  y China y, al hacerlo, discrepó con la teoría de Jones en cuanto a que el ajedrez era producto exclusivo de un solo genio ya que consideró que, desde un juego más rudimentario, se dio posteriormente un proceso de perfeccionamiento por cambios graduales y sucesivos. Cox asegura que en el siglo II antes de Cristo el ajedrez birmano (sittuyin, que significa representación del ejército) se jugaba solo entre dos jugadores y sin dado, o sea que la transformación del chaturanga se dio a su juicio bastante antes de lo que indican los indiófilos.
[7] En un pie de página se abunda sobre el ajedrez al asegurarse lo siguiente: 

“El ajedrez en lengua sánscrita se llama Ciaduranga o Chaduranga, según la pronunciación portuguesa e inglesa […] Ciadura en sánscrito significa cuatro o cuadrado, anga miembro, parte, lado, Ciaduranga cuadrilátero, o juego cuadrilátero, compuesto de cuatro miembros principales que son: hasti los elefantes; ashva los caballos; ratha los carros;  padàda la infantería desplegada en una tabla cuadrilátera, o sea sobre el tablero. Así pues ése es el vocablo tan utilizado en el antiguo poema sánscrito titulado Yudhishtiravigea, que une en las guerras y en las batallas indias los elefantes, caballos, carros e infantería diciendo: Hastyàshvarathapadàda. Por tanto este juego en su primera forma india es una viva imagen del estudio y de la manera con la cual debe ordenarse el ejército para la batalla y combatir contra el enemigo. Y, de hecho, en lengua malabar, el Ciaduranga se llama Ciadurangapor, es decir,  combate en figura cuadrilátera, que fue la antigua forma de combate indio; Ciadurangapadà, ejército cuadrilátero compuesto de carros, elefantes, caballos e infantería;  Ciadurangampòrunu, combatir con esos cuatro miembros de guerra, o jugar al ajedrez (…). Los brahmanes enseñan a la juventud la ciencia de la guerra por medio de juegos. El Ciaduranga, juego original indio, fue exportado en el s. VI a Persia por Berzu o Berzoe, médico de Anushviran rey de Persia […]. El vocablo indio Ciaduranga fue corrompido y transformado por los persas en Ciatrang o Chatrang; por los árabes en Shàtrani; por los portugueses en enxadres; por los británicos en Exchequer; por los galos en  échecs, lo que demuestra sobradamente que el ajedrez es de origen indo-brahmánico. (…) Se dice que algunos brahmanes juegan a este juego con tanta maestría y destreza que no les basta un mes para concluir una partida”.

©ALS, 2022

Una respuesta a “Thomas Hyde, precursor en dar la pista india en el origen del ajedrez

  1. Juan Fernandez 1 julio, 2022 / 12:31 am

    Muy bue artículo! Una Historia fascinante… MIP Juan A, Fernández Fornés

    Le gusta a 1 persona

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