Grandes jugadores olvidados: Bernhard Horwitz (1807-1885), ajedrecista y compositor

Por Sergio Negri

Bernhard Horwitz fue uno de los ajedrecistas alemanes que formó parte de Las pléyades, un grupo emblemático de Berlín que difundió el juego en esa ciudad, el que integró junto a Tassilo von Heydebrand und der Lasa (1818-1899), Paul Rudolf von Bilguer (1815-1840), Ludwig Bledow (1795-1846), Wilhelm Hanstein (1811-1850); Carl Mayet (1810-868) y Karl Schorn (1803-1850). Siete estrellas de una constelación en la que Horwitz tuvo acto de presencia desde 1837 a 1843 y, desde luego, su propio brillo.

Horwitz nació en la ciudad alemana de Neustrelitz, pero prontamente se trasladó a Berlín en donde cursó sus estudios de arte, esos que lo habrán de convertir en un pintor. Esas dotes para la creación, seguramente, fueron las que luego lo habrían de impulsar a la composición ajedrecística, de la que fue un auténtico pionero.

Bernhard Horwitz

En 1845 se muda Londres, que será su destino definitivo. Allí desarrollará una carrera ajedrecística, que lo verá en un punto alto en el mes de agosto de 1851 cuando le gane un match a la gran figura local Henry Bird (1829-1908), lo que hizo por 9 a 5.

Ya previamente, entre los meses de mayo y julio, había sido de la partida del Torneo Internacional de Londres, el primero de la época moderna del ajedrez, en donde se consagrará Adolf Anderssen (1818-1879). Allí, en una prueba que se definía por eliminación, en primera ronda había batido precisamente a Bird por 2.5 a 1.5 pero, en la siguiente instancia, habrá de perder ante Howard Staunton (1810-1874), el mejor ajedrecista del mundo de la década previa, por 4,5 a 2,5.

Staunton vs. Horwitz, Londres, 1851, en https://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1001390

Para Chessmetrics, este jugador fue el N° 3 del mundo durante 24 meses, la primera de las ocasiones en marzo de 1846 (lo antecedían Staunton y el francés Pierre Saint-Amant) y la última en mayo de 1850 (detrás de Lionel Kieseritzky y Daniel Harrwitz). No obstante, hay que decir que esos listados son algo precarios ya que, para esos tiempos, la nómina de jugadores ofrecida es poco numerosa en lo cuantitativo.

EDO Historical Chess Ratings, quizás con algo de mayor razonabilidad, siempre en el marco de mediciones oficiosas, y en todo caso consignando una cantidad de ajedrecistas suficientemente significativa, le confiere como tope máximo en su carrera el lugar número 9, lo que se dio en dos años: 1846 y 1848, periodos en los que, respectivamente, encabezaron el escalafón Staunton y von der Lasa.

Efectivamente, en 1846 Staunton había vencido contundentemente a Horwitz en un match formal disputado en Londres entre los meses de febrero y abril por 15.5 a 8.5. Mas en ese mismo año, en partidas casuales, este igualó en uno el encuentro ante el poderoso jugador galo Saint Amant (1800-1872), también en Londres, el último día de mayo. Ese año, de nuevo de manera formal, dirime supremacías con el nacido en Letonia (devenido asimismo en francés) Lionel Kieseritzky (1806-1853); será entre julio y agosto, siempre en la capital inglesa, perdiendo Horwitz por 7.5 a 4.5. Finalmente, en igual locación, en el mes de octubre, pierde ajustadamente con su casi homónimo y compatriota Harrwitz (1821-1884), por 6.5 a 5.5, en la ciudad que ya era su residencia definitiva para, años después, en 1849, volver a caer frente a este rival, de nuevo apretadamente (evidentemente las fuerzas eran bien parejas) por 8 a 7 aunque, esta vez, en Brighton.

En 1850 pierde un encuentro ante Francis Greenaway (1824-1907), otro buen jugador inglés, siendo por 6 a 4 en la Londres de sus amores. Ya hablamos de su intenso 1851. Al año siguiente, tendrá varios matches, siendo el principal el que lo enfrente a Johann Jakob Lówental (1810-1876), ajedrecista de origen húngaro, devenido en inglés, de vasta trayectoria, quien lo derrota claramente (por 4 a 1) en la localidad de Hull en el mes de octubre. A partir de allí, en sus próximos años, sus intervenciones se van espaciando y, cuando concrete otros encuentros, serán con rivales de poco fuste.

Volverá a la palestra en 1860 cuando le gane 3 a 1 el muy poderoso jugador eslovaco Ignác Kolisch (1837-1889), lo que acontecerá a fin de año en Manchester. Y en 1861, en un encuentro casual realizado en la misma ciudad, cae ante Ludwig Paulsen (1833-1891) por 1.5 a 0.5. Más formalmente, siempre allí, en 1863 es derrotado por 3 a 2 por una figura emergente: Joseph Blackburne (1841-1924), alguien que dará mucho que hablar en la isla y en el mundo. Ya no habrá mayores registros ulteriores de actuaciones de Horwitz ante rivales encumbrados,

Kolisch vs. Horwitz, Manchester, 1960, en https://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1080407

El jugador podía quedar atrás, pero ello no habría de ocurrir con su carrera como compositor y divulgador. En aquel intenso año desde lo competitivo de 1851 se lo vio editar un libro de problemas y finales que constituye una obra que resulta tan completa e interesante a punto tal de que se la ha seguido editando en tiempos contemporáneos.

Se trata de un trabajo que tiene dos partes, la primera es de autoría conjunta con Joseph Kling (1811-1876), y lleva por título Chess Studies; ese es el segmento que se publicó en aquel año, conteniendo más de doscientos ejemplos de finales de partida. La segunda, que es de su exclusiva cosecha, apareció primigeniamente en 1884, llevando por nombre Miscellaneous End-Games, en el que se presentan 427 posiciones, entre ellas las incluidas en aquel segmento, más otros 50 finales compuestos en conjunto, mas se dio un detalle: Horwitz omitió (se cree que intencionalmente) mencionarlo a Kling, lo que fue reparado en futuras ediciones. Existe una bastante reciente (2008) en idioma español bajo el título Estudios y Finales de Ajedrez que es de Editorial Hispano Europea S.A.

La primera sección tiene finales elementales: reyes y peones; alfiles y peones; caballos, alfiles y peones; dos piezas menores contra una pieza menor con o sin peones; torre contra peones; torre y torre y peón contra alfil o caballo con o sin peones; torre y alfil contra torres y peones o piezas menores y peones; torre contra tres piezas menores; torre con o sin peones contra material similar; dama contra peones; dama y peones; dama contra torre con o sin peones; dama con o sin peones contra piezas menores con o sin peones; dama y material diverso contra similar situación. Como se aprecia, una obra muy didáctica de permanente actualidad.

La segunda, que tiene también su valor pedagógico y divulgativo, se concentra en lo que se considera estudios avanzados, donde ya se ingresa en el terreno de la composición. El primero de ellos, con la consigna «juegan las blancas y ganan», por ejemplo ofrece una posición en la que las blancas tienen tres peones contra dos de las negras, todos en el mismo flanco pero, logran vencer, gracias a la actividad del rey propio.

Un Horwitz que, ingresará a la historia del ajedrez, como hemos visto, por sus resultados deportivos los que, sin ser brillantes, lo ubicaron en una posición importante en el concierto mundial. Un Horwitz que, aún más, y en eso no hay que olvidar el importante aporte de su colega Kling, al que se quiso dejar de lado, es aún más relevante por esa contribución tan actual al estudio de la fase de los finales de partida y de la composición ajedrecística. Un Horwitz que en cualquier caso es un nombre al que no se debe dejar de reparar.

©ALS, 2022

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