Juan Bautista Alberdi pionero en mencionar al ajedrez en producción escrita en Argentina

Por Sergio Negri

Un 29 de agosto de un año muy caro para la futura argentinidad, el de 1810, nacía en San Miguel de Tucumán, donde seis años más tarde se declarará la independencia del país, Juan Bautista Alberdi (1810-1884). Será muchas cosas: abogado, jurista, economista, político, estadista, diplomático, escritor y hasta músico. Pero, fundamentalmente, se le asigna la condición de ideólogo de la Constitución Argentina de 1853, esa que nos marcó el camino de la República. Para siempre.

En ese camino escribirá sus influyentes Bases y Puntos de Partida para la Organización Política de la República Argentina. Un punto de partida jurídico y conceptual para la nueva Nación.

El ajedrez, no siendo central en el mundo de sus preocupaciones, no obstante estuvo presente en algunas de sus reflexiones que abarcaron campos de interés tan diversos.

En 1845 aparece en Valparaíso, Chile, donde estaba exiliado, uno de sus primeros trabajos escritos, Veinte días en Génova, en el que se transmiten las impresiones del autor luego de su viaje por Europa de hacía dos años, en el marco del cual conocerá personalmente al Libertador José de San Martín (1778-1850). Allí se referirá a otro militar, y connotado aficionado al ajedrez, Bartolomé Mitre (1821-1906) al cual, en un evidente crítico tono, describe de este modo: 

Dicen que Mitre juega bien al ajedrez, pero nosotros decimos que mejor juega al billar; y nos fundamos para ello, en que la vez pasada dirigió una carta á Somellera en la que apostrofaba de ´danzantes´ á los hombres de su partido; y ahora ha dirigido otra á Gutiérrez, ´zurrando de lo lindo´ á sus amigos políticos ó lo que es lo mismo, echándoles una ´rociada´, (estilo Mitre). Las dos cartas se han publicado con buen éxito: ¿es esto ó no jugar por tabla á las mil maravillas?...”.

Una de las ediciones de Veinte días en Génova de Alberdi

Esta mención la hace en el capítulo del libro titulado El Salvador en el que hace una apelación de permanente vigencia para la tierra que tanto amó:

La Patria desesperada, busca como Diógenes en el medio de las sombras que la envuelven, un verdadero amigo de su bien y de su gloria. Pero dónde está el ciudadano apto para el desempeño de la primera magistratura del Estado, en una época como la presente, erizada de dificultades y peligros? Dónde el varón fuerte capaz de sofocar las hidras de la demagogia y la anarquía? Dónde el ciudadano honrado que moralice la administración actual, que corrija los vicios políticos y sociales del día, que lave la ignominiosa afrenta de la Nación?…Dónde está el héroe salvador de la Patria?...”.

Preguntas aplicables a ese contexto en que aún la Nación estaba en ciernes y preguntas aplicables a muchos otros tiempos de un territorio siempre en busca de su mejor destino.

Lo cierto es que, cuando Alberdi señala que Mitre debe jugar mejor al billar que al ajedrez, pareciera no considerarlo, no sólo buen ajedrecista sino, lo que es peor, no vislumbra en él la posibilidad de convertirse en ese posible y deseable héroe salvador de la Patria; ese que siempre tanto se buscó. Cuando, y ya lo sabemos, es mejor construir un destino mejor y una plena ciudadanía desde lo colectivo y no en la apelación al mesianismo providencial.

Años después, el conflicto personal entre ellos tendrá un cariz más concreto cuando Alberdi sea expulsado del gobierno por el propio Mitre, al llegar este a la Presidencia. Alberdi había sido comisionado antes por Justo José de Urquiza (1801-1870) como Encargado de Negocios de la Confederación Argentina ante los gobiernos de Francia, Inglaterra, el Vaticano y España. Ya más no lo sería.

Esta mención al ajedrez de Alberdi en Veinte días en Génova  tiene un valor literario especial para el ajedrez argentino ya que podría tratarse de la primera referencia específica al juego en texto alguno en la experiencia nacional. Sólo algunos textos de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), publicados en periódicos chilenos y en libros de esos mismos años, guardan cierta contemporaneidad.

En Escritos póstumos, un trabajo que verá la luz en 1895, es decir once años después de la muerte de Alberdi, se menciona una circunstancia histórica que también es de interés para el mundo del ajedrez. Allí se refleja que el general Juan Lavalle (1797-1841) estaba jugándolo “…pacíficamente en su estancia”, practicándolo seguramente para olvidar o mitigar que estaba “disgustado por cosas personales”.

Escritos póstumos de Alberdi

Alberdi, entonces, además de haber contribuido a erigir el edificio institucional de una nueva Nación, tiene el mérito de haber sabido mencionar al ajedrez en un escrito temprano de la literatura argentina, a punto tal de que podría considerárselo un absoluto pionero en la materia.

©ALS, 2021

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