Sobre el capítulo Jaque Mate («Checkmate») de la serie británica El Prisionero («The Prisoner»)

Por Sergio Negri

Se puede observar el capítulo completo desde el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=sPHKN5bp4C4

Para poder escapar hay que saber distinguir entre las negras y las blancas. Así se dice en uno de los parlamentos del capítulo Jaque MateCheckmate«), el noveno de la prestigiosa y popular serie británica El Prisionero («Tle prisoner«) que se emitió en la televisión británica el 24 de noviembre de 1967.

En el opresivo clima en el que se halla confinado el protagonista sin nombre (se lo conoce por un número, el seis), solo queriendo ser libre, en cada capítulo se plantea la posibilidad de la escapatoria, la que siempre está por conseguir aunque ella nunca llega.

En este caso, todo comienza con una partida de ajedrez a escala viviente en la que el señor seis asume el carácter del peón de la dama. Toda la secuencia del juego, y todo lo que suceda en el resort en donde transcurre la vida de los habitantes de la villa, es monitoreada desde el control, donde está el número dos del sitio (¿y existe el enigmático señor uno al que siempre el seis quiere llegar a contactar sin lograrlo?).

En el curso del juego, inquietantemente se comenta que en el pasado (y se alude con ello a una vieja leyenda situada en la época de la Inquisición) a quienes eran capturados en esas partidas a escala humana, se los podía decapitar. Y de hecho en esta partida, quien asume el papel de una de las torres parece enloquecer (¿o es alguien que simplemente también quiere escapar del encierro?).

Este es sacado de circulación para ser llevado a un hospital en el que se realicen experimentos neuropsiquiátricos lindantes con la tortura. Allí, se lo somete a un tratamiento pavloviano en donde se le extrema su sentimiento de sed y se le castiga, cual si un perro se tratase, si no recurre al grifo correcto.

El protagonista, interpretado por el actor y coguionista de la serie, el norteamericano Patrick McGoohan (1928-2009), entra en diálogo en la partida con quien asumió el rol de reina. ¿Será realmente una aliada? Si bien se muestra amable y bien dispuesta, luego los dueños del lugar la hipnotizan colocándole un transistor. La consigna es que se enamore de aquel y siga su paradero de forma tal de informar los movimientos permanentes de alguien que está concibiendo un nuevo plan, y busca compañeros, en su pretensión de huir.

Con todo, siempre hay que saber distinguir las negras de las blancas, lo bueno de lo malo, los aliados de los enemigos. En esa línea hay que destacar que, tras completarse aquel juego, en el que la victoria le corresponde a las blancas, el número seis habla con el maestro de ajedrez quien le comenta que uno puede saber quién es un prisionero y quién un guardián por los movimientos que hacen. Habrá que ser un experto para no caer en errores. En ese contexto, quien era antes la pieza de la torre en el juego, es el principal compinche del plan de escapatoria. Y reclutan adeptos.

El seis, quien es un exintegrante de los servicios de inteligencia del gobierno, frente a la renuncia a esa posición tan delicada, se lo secuestra y lleva a esa isla sin escapatoria posible en donde se trata, una y otra vez, y siempre infructuosamente, de que dé información de los porqué de ese renunciamiento.

Por eso fue confinado al lugar y se le siguen los movimientos que realiza a cada paso, casi como si se tratara de un peón accionado por un demiurgo que quiere controlarlo a cómo dé lugar desde una situación de dominio en el panóptico en el que está instalado.

Esta vez, nuevamente, fracasa en su intento de escapatoria. Logra contactar un buque que supuestamente lo rescatará tras su llamada de socorro mas, todo era una trampa, en donde el señor dos tenía todo bajo control ya que había sido advertido del plan justamente por quien antes era la torre y se lo creía el principal sostén de seis en su intento de escpatoria.

Y, si pretende tras una lucha física con los tripulantes de la embarcación parecer tomar el timón de la situación y volver a su intención primigenia de huir, habrá de aparecer esa inquietante esfera (el dispositivo similar a un gran globo blanco que caza y reduce o mata a los que intentan evadirse, una suerte de rover o astromóvil) que, tras corporizarse, se aproxima al protagonista para hacer notar, con su implacable presencia, que nunca habrá de poder salir de la isla. Ello mientras no confiese las razones de su desistimiento a seguir integrando los servicios secretos a los que antes pertenecía y que había abandonado demasiado abruptamente desde la concepción de un poder que lo ha confinado a su mero rol de peón.

Imágenes ajedrecísticas en el capítulo Jaque Mate de la serie El Prisionero

El personaje de la torre (Rook) recibe un mensaje cifrado (en clave ajedrecística) del señor seis

El mayordomo mudo en el área de control aprestándose a colocar un peón en el tablero. Es el de dama, el que el señor seis asumió en la partida a escala humana)

©ALS, 2023

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