Por Sergio Negri
Al recorrer la obra del escritor argentino Alan Pauls, nacido en Buenos Aires el 22 de abril de 1959, hallamos algunas referencias al ajedrez.
En primera medida, en El pasado, una ficción editada en 2003, incluye este pasaje:
“…a la seña discreta de un médico, dos enfermeros monumentales avanzan con determinación, como peones de ajedrez y soldados…”.
La verdad es que la situación planteada da un poco de miedo…Por otra parte, en la novela biográfica La vida descalzo publicada en 2006 plantea la situación de un personaje que aprendió a jugar al ajedrez:
“…primero con el juego maltrecho del hotel, del que habían desertado dos peones y un caballo blanco que reemplazábamos con monedas, o caracoles, o piezas de bingo…”.
Finalmente, en Historia del dinero, novela aparecida en 2013, al hablar de ciertas anotaciones en una agenda expresa que se pueden ver signos de admiración:
“…como una combinación de ajedrez inspirada”.
Más centralmente, sobre el propio dinero, al pasar a analizar su incidencia, que puede ir desde lo exiguo a un plano de magnitud, dirá:
“Hasta entonces es algo pequeño, portátil, una cosa entre las cosas, sólo que tocada por una especie de varita mágica muy arcaica –tan arcaica que los pocos que la han visto en acción están muertos-, que es la capacidad de apoderarse de las demás cosas, de ´comérselas´, la misma que tienen sus piezas con las piezas enemigas y viceversa, como descubre tiempo más tarde frente a un tablero de ajedrez, en el comedor del hotel de los croatas con el que sueña viajando en taxi a Villa Gesell”.
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