Por Sergio Negri
El primer autor que planteó un ajedrez de origen marciano fue Edgar Rice Burroughs (1875-1950), el jetan (Edgar Rice Burroughs concibe un ajedrez marciano: el jetan), cosa que hizo en su obra llamada precisamente El ajedrez vivo de Marte (The Chessmen of Mars).
A partir de ese modelo, se sucedieron en tiempos venideros muchos relatos de ciencia ficción que vuelven a colocar a una especie de ajedrez en el planeta rojo y, en general, también planteando que las piezas sean vivientes, con la inquietante posibilidad de que su supervivencia dependa de lo que sucedía en la partida en disputa.
Uno de esos casos es el planteado por el escritor canadiense-norteamericano Stephen Michael Stirling, nacido el 30 de septiembre de 1953 en la ciudad francesa de Metz (en una base del país que aún sigue perteneciendo a la Corona Británica) quien, en In the Courts of the Crimson Kings, concibe el juego del atanj.
En el atanj los jugadores hacen tiradas de dados para determinar qué sucede. La idea de que los eventos aleatorios pueden causar estragos en la estrategia de uno está tan extendida que en una escena un personaje dice:
“Resistan con fuerza y luchen por sus vidas; mucho depende de las tiradas de combate para cada movimiento.”
En el atanj se toma una hoja de Clausewitz y se modela la política como un todo (más detalles en https://swashbucklingplanets.wordpress.com/2020/08/29/atanj-the-game-of-life/) . El juego se basa en el conflicto entre el gobernante, visto como déspota o usurpador, y gira en torno a las intrigas palaciegas, en las que hay bloqueos, boicots y una pieza subversiva puede lograr que las enemigas deserten
En estas condiciones, en vigencia de tal campo de conflictos, comportamientos sinuosos y frente a la necesidad de estrategias de supervivencia, el atanj queda claramente identificado como «el juego de la vida marciano». ¿Sólo marciano?
©ALS, 2022
ajedrezlatitudsur.wordpress.com 